Pero, a ver, si a mí me llega un profesor que está en una Facultad de Psicología pero no hace más que poner verdes a todos los que estamos allí y empieza a hablar de arte de la forma que lo hace, no puedo hacer menos que reírme.
Primero se burla de nosotros porque, según él, no sabemos apreciar el arte contemporáneo.
Pues él, mejor que nadie debería saber que la percepción es muy subjetiva y que porque un puñado de adinerados esté dispuesto a pagar la friolera de 11 millones de euros por un "elefante de juguete", no significa que todos tengamos que considerar a dicha pieza como una obra de arte.

Nos dice que los ricos no son tontos, porque sino, no pagarían esa cantidad de dinero por algo. Bueno, yo eso lo pongo en duda. Muchos ricachones ya no saben en qué gastarse la pasta y si cuatro pijos (con pinta de paletos horteras) les dicen que esto o lo otro es una obra de arte se lo creen y punto. Que no todos los universitarios de clase media somos unos ignorantes sin remedio; también algunos tenemos ciertas nociones de arte y podemos no considerar lo mismo como excelente.
No niego el renombre y el soberano trabajo que realizará Jeff Koons pero sincera y personalmente, a mí la reproducción de una figurita hecha por un feriante sólo que a tamaño grande, no me parece una masterpiece. Pero reitero que esto es completa y totalmente subjetivo.
¡Jo! Yo tenía uno idéntico a este. ¡Mamá! ¿Por qué lo tiraste?
¡Ah! Y ha hablado de nuestro "españacentrismo". Sigo sin estar de acuerdo. Seremos unos retrasados en algunos aspectos pero no todos los españolitos somos iguales, ¡mire usté! Y es que, en resumidas cuentas, el dadaísmo puede gustar más o menos, un excremento en una lata puede gustar más o menos, pero es innovador. El arte contemporáneo dejó de innovar desde que empezó a ser contemporáneo.
Para terminar, quisiera hacer una reseña sobre un término que ha usado el Sr. catedrático. La palabra es kitsch. Una de tantas que parecen usarse ahora por los snobs para denominar frívolamente lo moderna y "guay" que es la gente que las usa, o mejor, lo cool que son. Sin embargo, si nos informamos un poco, vemos que la palabrita kitsch se refiere al arte considerado como una copia inferior de un estilo existente o, hablando en plata, de muy mal gusto.
Con lo cual y como conclusión, se demuestra una gran contradicción y un punto a mi favor.
((Mil peldones al Doctor Syllabus, pero no es la primera vez que me subestiman de esta forma.))